Nuestra historia

El proyecto desde el origen

En las sociedades europeas más avanzadas de finales del ochocientos existía una preocupación por los altos niveles de mortalidad infantil. Esta percepción se fundamentaba en las estimaciones publicadas regularmente por organismos estadísticos nacionales, o locales, desde la segunda mitad del siglo XIX (Dûpaquier, 1985, pp. 342-348). En este escenario debe situarse la formación de movimiento internacional, con una notable presencia en Europa, dirigido a la mejora del bienestar de la población infantil (Cunningham, 2005, p. 155). Al amparo de tal movimiento no sólo se elaboraron políticas públicas, por ejemplo, regulando la edad de acceso al trabajo y los horarios laborales sino que también se constituyeron asociaciones privadas o comunidades locales movilizadas para mejorar las condiciones de vida de dicho sector de la población (Porter, 1999, pp. 173-182). Este mismo contexto contribuyó a la denominada “medicalización de la infancia” con la puesta en práctica de intervenciones sanitarias encaminadas a mejorar el desarrollo infantil desde el nacimiento, a través de la supervisión del comportamiento de las madres (Cunningham, 2005, p.155). Desde una perspectiva institucional una de estas intervención fue la creación de las Gotas de Leche. Su propósito principal era incrementar la sobrevivencia de los recién nacidos mediante la mejora de los hábitos alimentarios, particularmente entre las clases sociales urbanas más empobrecidas.

Esta atención puesta en la higiene alimentaria infantil era uno de los rasgos distintivos de la mencionada medicalización de la población infantil (Apple, 1987, pp. 72-96).Las raíces de esta institución partían de las dificultades experimentadas desde el siglo XVIII por asilos u orfanatos en la alimentación de los niños abandonados. En concreto, la repetida constatación que el recurso a las nodrizas no los libraba de unos elevados riesgos de morir. Suelen considerarse pioneras las Gotas de Leche establecidas en Francia a partir del último decenio del siglo XIX, bajo la iniciativa de médicos como Pierre Budin, Gaston Variot y Léon Dufour (Rollet, 1990, pp.355-389). Estos centros se expandieron por Europa y llegaron también a América (del Norte y del Sur). La modalidad francesa de organización de las Gotas de Leche fue muy influyente, si bien no resultó la única. Los países anglosajones organizaron la asistencia inicialmente de forma algo distinta. Esta característica era fruto del diferente papel de las enfermeras en el seguimiento de madres y recién nacidos, si bien a lo largo del primer tercio del siglo XX tales prácticas tendieron a asemejarse entre los países (McCleary,1904, pp. 329-337; Marland, 1992, p.79). Que tal movimiento tenía alcance internacional, lo atestiguaron los Congresos de las Gotas de Leche celebrados los años 1905 (París), 1907 (Bruselas) y 1911 (Berlín) con la participación, en el último, de representantes de 34 países de todos los continentes, si bien la mayor parte de ellos europeos (Rollet 2001). La España contemporánea de aquellas naciones europeas participó de igual preocupación por los altos niveles de mortalidad infantil (Rodríguez Ocaña, 1996,pp. 149-153; Barona, 2007) y aunque con cierto retraso respecto las estadísticas de mortalidad europeas también empezó a producir, en los primeros año del siglo XX, los datos y a publicar los estudios que certificaban el alcance de tal fenómeno (Rodríguez Ocaña, 1985b,p. 444). De igual modo desarrolló una legislación de protección de la infancia y desplegó desde inicios del siglo XX, principalmente bajo iniciativa privada, instituciones como las Gotas de Leche. Como sus homólogas europeas,  fueron  establecimientos  urbanos  en  una etapa inicial para después, particularmente durante la Segunda República, promocionar su mayor difusión en las zonas rurales (Rodríguez Ocaña, 1985b, pp. 455-58).En definitiva, España no quedó tampoco al margen de ese movimiento internacional. Una prueba de ello fue la presencia continuada de representantes españoles en los tres encuentros internacionales mencionados.

La creación de estos centros debe situarse en el contexto de la formación de la moderna administración sanitaria en España. Esta administración fue desarrollada por leyes aprobadas en la segunda mitad del siglo XIX que diseñaron una organización jerárquica en tres niveles: el central, el provincial y el local (Muñoz Machado,1975, pp. 99-125; Rodríguez Ocaña y Martínez Navarro 2010, pp. 44-47, 60-66). Lógicamente, la Ley de Infancia de 1904 las adoptó y así en el posterior desarrollo reglamentario de 1908, distinguió entre el Consejo Superior de Protección de la Infancia (presidido por el Ministro de Gobernación), las Juntas Provinciales y las Locales (Ministerio de Gobernación 1908). Estructurado el mencionado Consejo en secciones una atendía específicamente a los problemas de la alimentación infantil (Puericultura y primera infancia) aunque básicamente orientado a la vigilancia de la lactancia mercenaria.

En cualquier caso, el establecimiento de Gotas de Leche no quedó contemplado específicamente en ninguna de estas normas. Parece que es necesario esperar hasta la segunda mitad de la década de 1920, con la publicación de distintos tipos de normativa sanitaria y administrativa a escala local (Perdiguero 1997), para que se mencione explícitamente la creación de Gotas de Leche como una de las secciones de los Institutos de Puericultura a establecer en cada capital-

La primera Hermandad del Refugio se funda en Madrid, a mediados del siglo XVII y durante el reinado de los Austrias, por los Sres. Antequera, Laso de la Vega y Serra, teniendo como finalidad la de albergar y alimentar a los pobres, conduciendo a éstos y a los dementes a los establecimientos donde pudieran ser atendidos, amparar expósitos, costear la lactancia a los niños de familias pobres, pagar lavados y baños a los menesterosos, dotar doncellas, socorrer madres abandonadas y ayudar a domicilio a los pobres vergonzantes. La Institución en Zaragoza. Desde Madrid se extiende la idea a otras ciudades, entre ellas Zaragoza, donde en 1642 se reúnen doce vecinos de la ciudad, de los que sólo conocemos los nombres de D. Pedro Fernández de Heredia y Fray Juan Cebrián , celebrando sus primeras actividades en la iglesia de San Andrés. El 5 de octubre de ese mismo año el arzobispo de la diócesis, D. Pedro de Apaolaza, aprueba la constitución de la Hermandad.Los títulos de Santa y Real.

Dos años más tarde, en 1654, el Papa Inocencio X le concede el título de SANTA y en 1714 el Rey Felipe V le otorga el de REAL, conformándose en ese momento la denominación actual de SANTA Y REAL HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL REFUGIO Y PIEDAD DE ZARAGOZA, a la vez que hace entrega de un importante donativo con el que se compra el local de la calle de San Juan el Viejo, más tarde denominada del Refugio, albergando el Hospital de Misericordia durante los Sitios de Zaragoza. Desde 1757 hasta 1805 las Juntas de Hermanos se celebran en un local situado en la plaza de San Andrés, cedido por el Ayuntamiento en 1665. En 1891 se compró el edificio nº15 de la calle de San Pedro Nolasco y otro colindante, estableciéndose la Hermandad en ellos, hasta que en 1905 se pone en servicio el primer asilo de noche que dió albergue a 100 pobres y dos años más tarde se crea el servicio para lactantes denominado «GOTA DE LECHE.» Por Real Decreto del Ministerio de la Gobernación del 18 de marzo de 1912 se le reconoce como Entidad Benéfica.

La sede actual. El 2 de mayo de 1931 la Santa y Real Hermandad se traslada a la calle de Crespo de Agüero nº 1-5, donde se encuentra actualmente, siendo bendecida la casa por Monseñor Domenech y Valls, arzobispo de Zaragoza, el 20 de diciembre del mismo año, inaugurandose la «Obra Maternal» el 1 de enero de 1932, donde nace el primer niño doce días más tarde. En la actualidad ya no se presta este servicio por cubrirlo el Estado, siendo sustituido por la Guardería infantil. Durante la guerra civil española, el edificio es utilizado como Hospital de Sangre, quedando destruida una buena parte del mismo como consecuencia de un bombardeo sufrido el 13 de mayo de 1937 y, aunque los servicios no se interrumpen totalmente, hasta el mes de octubre no queda reconstruido.

La Hermandad con El Santo Cristo del Refugio de Zaragoza ( La Gota de leche de Zaragoza ) a supuesto para todo el equipo de La Gota de leche de Pamplona un ejemplo de Solidaridad

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